
El jesuita indio De Mello define el misticismo del ser uno como el despertar o conciencia. Cree que la mayoría de las personas duermen. Nos aferramos a nuestras ilusiones, a la ilusión de tener la aprobación de las personas que necesitamos y a la ilusión del Dios amoroso que atiende nuestros deseos. Misticismo significa que despertamos y nos conectamos con la verdadera realidad. Muchas personas recurren al psicólogo para buscar ayuda para sus problemas en las relaciones humanas. Según De Mello, ello proporciona alivio, pero no cura realmente. Debo darme cuenta de que sólo es un aspecto de la realidad, de que la verdadera realidad es Dios a quien me entrego y en quien me suelto. Soltarse no significa despojarse de algo. Si renuncio a algo y presento mi ofrenda, sigo aferrado a eso. “No se despoje de nada, analícelo, intente entender la verdadera importancia, y no necesitará nunca más despojarse de ello”.
Al despertar, soltaremos nuestro pasado. No hace falta arrepentirse ni lamentarse del pasado. “Arrepentirse significa despertar, y no ‘llorar por los pecados’. ¡Despierte! Suelte todo. Queda claro que no se trata de una renuncia física, eso sería muy sencillo. Al desaparecer sus ilusiones, llega, finalmente, a la realidad; y créame: nunca más volverá a estar solo. Nunca más. La soledad no se combate buscando la compañía de otras personas. La soledad se combate aproximándose a la realidad.
A. G.