Los puentes hacia el difunto

Soñar con difuntos nos remite, muchas veces, a la relación que debemos examinar nuevamente. Esto ocurre, generalmente, con los sueños en los cuales los difuntos causan una triste impresión, y algo les pasa que necesitan hablar con nosotros y no pueden. Otros sueños con difuntos nos señalan nuestras propias raíces. Participamos del reino de sus experiencias, de su amor, de su fuerza, de su forma de encarar la vida. Estos sueños nos dicen que hay, después de la muerte, una relación viva entre las personas que se aman, que la muerte no es una frontera absoluta entre los seres queridos. En el sueño, los difuntos se nos presentan como nuestros acompañantes más solícitos o como personas que quieren mostrarnos algo que, de otra forma, no lo veríamos.

En todo caso, los sueños con personas fallecidas hace mucho tiempo son una invitación a ocuparnos nuevamente con los difuntos. Así como rezamos a los santos, también podemos dirigirnos, en nuestras oraciones, a los difuntos que conocemos. La oración nos comunica, no solamente con Dios, sino también con los muertos que están, ahora, inexorablemente junto a Dios. Algunos dialogan en sus oraciones con su marido o su mujer fallecida. Pero no es aferrarse a esta persona, es más bien, un diálogo marcado por la fe en Dios, junto con el cual está el difunto, y de quien sólo puede venirnos la ayuda que necesitamos.

Para mí, personalmente, la celebración de la Eucaristía es siempre el lugar en el cual me comunico con los difuntos, sobre todo, con mi padre y mis hermanos, los cuales se han vuelto muy importantes en mi camino.

Anselm Grün