
La mayoría de los humanos no han sido educados para cuidar la delicadeza. Y entonces pisotean lo delicado, posiblemente ni siquiera con maldad: solo con IGNORANCIA.
Pero pisotean la preciosura vulnerable que está afuera, porque su propia delicadeza también les es ignorada. La vulneran y dejan que otros les pisoteen su delicadas, mínimas amapolas, porque ELLOS MISMOS NO LAS VEN. Y si las ven, las desmerecen, como desmereceríamos a esta pequeña flor.
Yo, aquí, ya erguida, te pido: DEFIENDE CON FIEREZA TU DELICADEZA. Que nadie se permita pisotearla. TAMPOCO TÚ. ¿El mundo te ha enseñado a depredarte a ti mismo? Pues, DESAPRÉNDELO. A más tardar ahora, que ya es tiempo!
Y tu polen llegará a ser recibido por quien haya cultivado su propia delicadeza sin violencia, mas innegociablemente.
Virginia Gawel
Centro Transpersonal de Buenos Aires
www.centrotranspersonal.com.ar